Recuerdo de los bosques sagrados de Indochina: el olor aterciopelado, lechoso y un tanto especiado del sándalo que quema en los templos. Yves Coueslant, uno de los fundadores de la Casa, nunca ha olvidado esta fragancia infantil ilustrada con el sándalo de Mysore bañado por el frescor del ciprés y el mirto.
Las notas amaderadas de Tam Dao revelan una nueva vivacidad especiada, como si penetráramos en un bosque de sándalo al amanecer cuando los árboles aún concentran la frescura de la noche.