La historia de Diptyque
1961, las fuentes del imaginario
Los fundadores de Diptyque, un trío de amigos artistas
“Éramos artistas. No nos dominaba la ambición sino la pasión, la imaginación, la creación y el deseo de hacer algo verdaderamente auténtico.”
“Éramos artistas. No nos dominaba la ambición sino la pasión, la imaginación, la creación y el deseo de hacer algo verdaderamente auténtico.”
Los sellos de identidad de un nuevo arte de vivir
En 1963 nace uno de los sellos de identidad de la Casa: el trío de artistas inventa un nuevo territorio para la vela perfumada: limitada hasta este momento a una función puramente utilitaria, se convierte en objeto decorativo y sensorial. Ahora ya es posible viajar sin dejar el salón de casa y dotar el espacio interior de un aliento nuevo y personal. Se trata de un objeto depurado y elegante, una creación que a través de un sencillo gesto asume un carácter universal y se convierte en emblema de un nuevo arte de vivir.
Aubépine (Espino), Cannelle (Canela) y Thé (Té) son las primeras fragancias que integran un herbario de sensaciones tomadas de la naturaleza. Un territorio olfativo hecho de especias, de flores y de hojas. Un procedimiento original inscrito en la herencia de Desmond Knox-Leet, que componía sus perfumes como un pintor prepara su paleta, mezclando las materias primas en bruto.
Los sellos de identidad de un nuevo arte de vivir
Cinco años más tarde, Diptyque continúa sus exploraciones olfativas con un primer eau de toilette. L’Eau se origina en una receta del siglo XVI a base de canela, rosa, clavo, geranio y sándalo. Es una evocación de los « pomanders » o pomas de olor, la antigua tradición inglesa de insertar clavos en las naranjas.
Sin constricciones de género, L’Eau es una obra de arte olfativa. La primera de una colección de eaux de toilette y de perfumes, promesa de infinitos vagabundeos hacia lo desconocido, o en la intimidad de un recuerdo real o soñado.
Dibujar aromas, una iniciativa artística
En la encrucijada sensorial de la nariz, el ojo y la mano, las creaciones de Diptyque son fruto de un proyecto creativo inédito. Los fundadores se inspiraban a veces en un perfume para crear una imagen, y otras veces se invertía el proceso, pero la consigna era siempre respetar la libertad en la creación.
Aún en la actualidad, perfumistas e ilustradores trabajan de común acuerdo. La fragancia se convierte así en una obra coral que consagra el encuentro entre el imaginario de la Casa y la sensibilidad del artista asociado.